Me despierto, abro los ojos y ahí estás tú, dormido plácidamente, destapado y con un sólo bóxer.
Me he levantado con ganas de ti, asique lentamente me voy moviendo hasta llegar a tu oreja. Decido morderla y susurrarte "buenos días " con la voz que pongo cuándo tengo ganas de sentirte, de todas las formas posibles.
Sonríes y te estiras en la cama, mientras aprovecho para quitarme mi única prenda; un tanga de hilo rojo.
Me siento encima de ti y me dedico a besarte, quiero que sea un comienzo lento, asique beso y muerdo tus labios hasta que siento los míos hinchados.
Durante ese tiempo he ido notando como poco a poco comenzaba a crecer tu pene y se pegaba cada vez más a mí, sólo nos separa la tela del bóxer.
Nos miramos a los ojos y sabemos que el bóxer sobra, te lo vas a quitar tú pero te freno. Me acerco a tu oído y te digo que yo me ocupo.
Muerdo tu oreja y la beso, bajo a tu cuello y me dedico a morderlo, sigo bajando y lamo tu pezón, tu respiración se acelera según voy bajando.
A la altura de tu estomago te dedico un beso y una lamida con un movimiento ágil de lengua, al hacer eso mi pecho roza tu pene y suspiras.
Sigo bajando, hasta llegar al bóxer, paso mi lengua por el borde de éste y te beso el glande por encima de la tela.
Bajo tu prenda con la boca.
Una vez desnudos ya no quiero ir despacio, ahora quiero guerra, te miro a los ojos y antes de que me de tiempo a reaccionar me coges y me tumbas en la cama.
Caigo boca abajo y tú te quedas encima de mi. Me besas, muerdes la oreja y me susurrar "ahora me toca a mí". Tras decirme eso me besas la espalda y vas bajando, lamiendo y besando mi columna, llegas a mi culito y con cada mano coges un cachete, los tocas a tu antojo y se me escapa un gemido.
Aunque no te mire se que has sonreído, y sé lo que harás a continuación...
Me lames la vagina y no aguanto más sabes que te quiero sentir dentro pero te haces de rogar y lo que metes dentro de mi es tu lengua, jugando a quees tu pene me penetras con ella.
No puedo más, gimo y te pido sentir tu pene.
Parece que me haces caso pues te mueves y lo siguiente que noto en mi vagina es tu pene, pero no, no lo metes, te dedicas a pasar tu glande por mi vagina hasta mi clitoris una y otra vez....
Gimo fuerte y te pido que me la metas ya, no puedo seguir sin sentirte.
Me agarras el pecho, con ambas manos y mientras me besas el cuello te metes dentro de mi...
Escrito por Aurora Pérez Rincón.
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