Hoy me he levantado con la noticia de que mi sobrina ha dado sus primeros pasos, no hay mejor noticia para empezar a escribir en mi blog. Me llamo Luis, soy manchego, estudio periodismo, vivir en Madrid a veces me agota y soy de los que piensan que el tiempo pasa sin anunciar su prisa. Por todo esto he decidido dedicar mi primera entrada al comienzo de una historia.
UGLY BETTY
Durante el verano me aficioné a la serie “Ugly Betty” (versión americana de la colombiana “Yo soy Betty la fea” o la española “Yo soy Bea”), en ella conocí a Betty Suarez, su protagonista. No, no me he vuelto loco, mi primera entrada está dedicada a un personaje imaginario. Cuando empecé a verla esperaba la misma historia que en las otras versiones; la chica fea que se enamora del jefe, la ponen mona y se casa con el príncipe. ¡Me equivocaba!
Lejos de la trasformación física de la protagonista, la serie se centra en su evolución interior, comenzando con una chica que llega con su poncho de Guadalajara, el sueño de acabar dirigiendo una revista y el deseo de encontrar su sitio.
Betty no es una chica Disney que se quedará en la torre esperando a su príncipe, ni tampoco pretende ser la secretaria que ayuda a su jefe Daniel a triunfar. Es lo que ahora han puesto tan de moda los politiquillos, una emprendedora que lucha por defender su papel como mujer.
BETTY
El final es abierto, Daniel deja marchar a Betty para que cumpla sus metas, pero las tornas se cambian respecto a las otras versiones de la serie, se da cuenta de que está enamorado de ella y decide seguirla allá donde va.
“Ugly Betty” pasa a ser “Betty”, sin el Ugly, sin burlas, admirada…una mujer capaz de cumplir sus sueños.
Artículo escrito por Luis González Campo.
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