Nació en el 384 a.C y supuso en su etapa madura, la acúspide de nuestra filosofía occidental en la Grecia Helenística.
Discípulo de Platón, esto le sirvió junto con su ansia de saber, ingresar en la Academia de Atenas o Platónica en honor a su maestro donde estudió filosofía, retórica, ciencias naturales y biología.
Tras la muerte de Platón, Aristóteles fundó su propia escuela, el Liceo, donde instauró un estudio más organizado de la filosofía. La importancia de la lógica se tradujo en lo que hoy conocemos como "Lógica aristotélica" pues según el propio filósofo es necesario saber cómo se relacionan entre sí los conceptos y hechos del mundo antes de adquirir un profundo conocimiento del mismo. Su silogismo se traducía en dicho ejemplo:
En el Liceo también se aprendían las ciencias naturales para conocer el significado de los fenómenos que acontecen en la vida.
Finalmente, la ética y la política eran el objetivo último de estudio.
Platón escribió en un libro la teoría del filósofo-gobernante. En la que la política tiene que estar encamina hacia la filosofía, y solo pueden gobernar aquellos que conocen el bien y por lo tanto actúan bien: Intelectualismo moral.
Por lo tanto para Platón, cada persona nace con unas virtudes determinadas, es decir, aquellos que por naturaleza posean cualidades y capacidades innatas, en otras palabras, los mejores por naturaleza, y por otro lado hay que potenciar y educar esas características para poder llegar a ser un buen gobernante según esta filosofía.
Sería algo así como un "estado ideal" para él.
Aristóteles en su tratado "Política" presentó sus argumentos en favor de la democracia como la mejor forma de la organización de la "polis", pese a que bajo determinadas circunstancias considera la monarquía una opción también válida.
Artículo escrito por Borja Luna Díaz.
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