Estimado Compañero:
Han llegado a mis oídos noticias de que estás destinado en misión humanitaria en Afganistán, sabía de tus ganas por servir en el extranjero, por experiencia te digo que es, a pesar de las condiciones en las que nos encontramos, una maravillosa vivencia. Descubres la verdadera naturaleza del ser humano, aprendes el concepto de compañerismo y el ‘dar la vida por un hermano’ y sientes la satisfacción de haber ayudado a gente que realmente está en apuros. Además, es tanto o más cierto, que hace falta valor para arriesgar nuestras vidas cada día, por alguien que no sabe ver los peligros a los que nos enfrentamos por su seguridad y nos tratan como a enemigos, por eso mismo, por nuestras venas corre el suficiente coraje que nos caracteriza a este, como a cualquier otro cuerpo de la Armada Española, además del compromiso que nos une con el civil y nuestra madre patria. A pesar de esto, el reconocimiento y satisfacción por el servicio cumplido, al regresar, es la mayor recompensa que puedes recibir. Por otro lado, no podemos olvidarnos de cuantos compañeros cayeron en acto de servicio y que ellos lucharon a nuestro lado, héroes que entregaron su vida y se convirtieron en los ángeles, que ahora de servicio, velan y guardan nuestras almas protegiéndonos de esa bala perdida que podría habernos arrebatado el aliento, y por este motivo debemos honrar sus muertes siguiendo en pie y luchando también en su nombre. Por eso, compañero, espero que regreses con ganas y fuerzas de dar mucho más de lo que diste esta vez, además de esas ansias de repetir siempre que se pueda, alimentar tu alma, madurar como persona y convertirte en un pendón al servicio de tu país. Ya no me queda más que desearte suerte en tu servicio en las misiones en el extranjero y espero que cuando regreses, no se te olvide avisarme y contarme tu vivencia con detalles y una cerveza fría. Cuídate y regresa compañero.
Han llegado a mis oídos noticias de que estás destinado en misión humanitaria en Afganistán, sabía de tus ganas por servir en el extranjero, por experiencia te digo que es, a pesar de las condiciones en las que nos encontramos, una maravillosa vivencia. Descubres la verdadera naturaleza del ser humano, aprendes el concepto de compañerismo y el ‘dar la vida por un hermano’ y sientes la satisfacción de haber ayudado a gente que realmente está en apuros. Además, es tanto o más cierto, que hace falta valor para arriesgar nuestras vidas cada día, por alguien que no sabe ver los peligros a los que nos enfrentamos por su seguridad y nos tratan como a enemigos, por eso mismo, por nuestras venas corre el suficiente coraje que nos caracteriza a este, como a cualquier otro cuerpo de la Armada Española, además del compromiso que nos une con el civil y nuestra madre patria. A pesar de esto, el reconocimiento y satisfacción por el servicio cumplido, al regresar, es la mayor recompensa que puedes recibir. Por otro lado, no podemos olvidarnos de cuantos compañeros cayeron en acto de servicio y que ellos lucharon a nuestro lado, héroes que entregaron su vida y se convirtieron en los ángeles, que ahora de servicio, velan y guardan nuestras almas protegiéndonos de esa bala perdida que podría habernos arrebatado el aliento, y por este motivo debemos honrar sus muertes siguiendo en pie y luchando también en su nombre. Por eso, compañero, espero que regreses con ganas y fuerzas de dar mucho más de lo que diste esta vez, además de esas ansias de repetir siempre que se pueda, alimentar tu alma, madurar como persona y convertirte en un pendón al servicio de tu país. Ya no me queda más que desearte suerte en tu servicio en las misiones en el extranjero y espero que cuando regreses, no se te olvide avisarme y contarme tu vivencia con detalles y una cerveza fría. Cuídate y regresa compañero.
Artículo escrito por Ainara Sánchez Rosadillo.
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