Hoy día, la consideración de la política como servicio público está desprestigiada, y regenerar la política como servicio público es más necesario que nunca para contribuir a la transformación social necesaria, que pasar por contar especialmente con las personas que están atravesando una situación más complicada, en una crisis tan dura como la que llevamos años aguantando.
Y es por ello, que más que nunca, nuestros políticos, tienen que sentirse identificado con la sociedad que representan y viceversa.
La corrupción, hace un daño enorme, y es causa de la ruptura de la confianza de la sociedad con la actividad política. Es por ello que la sociedad debiera de adoptar mecanismos, que la castigasen severamente, desde el proceso penal, hasta el momento que el último ciudadano emite un voto.
En esta ciudad parece que esta ultimo mecanismo, el que tiene el ciudadano en sus manos, no ha sido utilizado en las últimas elecciones a la vista de los resultados electorales, y tendremos que esperar a ver como en unos meses resuelve la justicia los últimos indicios de corrupción denunciados en esta ciudad.