miércoles, 16 de marzo de 2016

Cuando Francia tenía pesadillas [Por Inès Rodríguez]





Yo, ciudadana francesa, quiero decir que mi país me da miedo. Ya no es el país del amor o el país de los derechos humanos. Mucho tiempo se le ha puesto en la cuna del mundo, pero ¡cuidado! que ya se viene para abajo, caído bajo su propio peso.

Francia tiene miedo: los ciudadanos de sus políticos y sus instituciones, los políticos de las elecciones y de sus ciudadanos. Se legitima y se constitucionaliza el miedo y el odio. No quiere ver sus problemas y sus propias deficiencias, entonces, crea una diversión, un supuesto “enemigo común”.

Francia no quiere mirar de nuevo su pasado. No quiere ver sus fallos en la integración de una parte de la población. En vez de trabajar y educar con sus diferencias internas, ha estigmatizado y demonizado una parte de ellas.

Ya no me siento feliz en medio de esta jungla. Y al mismo tiempo, me siento cómplice de este sistema. ¿Por qué? Porque esta legalidad fue votada por personas que deberían representarme: los parlamentarios. Yo no querría y no quiero de la reforma constitucional actual. En cambio, los parlamentarios de la Asamblea Nacional se hicieron cómplices, huyendo del hemiciclo. Sobre un total de 577 diputados, 441 estaban ausentes. Se adoptó la reforma constitucional con 103 votos a favor y 26 en contra (y 7 se abstuvieron de votar).


martes, 8 de marzo de 2016

Relato; Correspondencia lejana [Por Aleix Alcázar]





Correspondencia lejana



París, 24 de junio de 1940.


Estimada Brigitte, siento no haberte escrito antes. Imagino que ya lo sabrás, pero Francia se ha rendido. No tuvieron oportunidad alguna de contraatacar, esa nueva táctica que ha decidido usar el alto mando, la guerra relámpago, ha funcionado. Recuerdo cuando mi padre me explicaba que cuando combatió en la primera gran guerra, su división a penas avanzó 2 Km en 4 años. En cambio ésta vez en apenas un año hemos conquistado tres países, sin dificultades. Me pregunto cuando decidirá el Führer el fin de las hostilidades. Desde que me llamaron a filas para la invasión de Polonia no he echo más que pensar en ti. Me preocupa lo que pueda ocurrir, temo caer en combate y no poder cumplir nuestros sueños. ¿Sigues enfadada? Créeme que si por mi fuera, estaría en Frankfurt contigo, planeando nuestra boda, pero resulta imposible negar algo a la Whermacht. Müller se negó a unirse al ejército y lo acabaron forzando a alistarse, no sin antes negarle el derecho a ascender de rango y recibir condecoraciones. Si me hubiera negado yo, seguramente hubiera ocurrido lo mismo, en ese caso acabaría esta guerra sin ningún tipo de honor y ya conoces a mi padre. Pero mejor dejo este tema. ¿Qué tal va todo en casa? ¿Qué tal están tus padres? He oído que los ingleses planean comenzar a bombardear Alemania. ¿Has visto algún avión? Por favor, si los rumores son ciertos y los británicos