miércoles, 4 de enero de 2017

La publicidad [Por Francisco Montero Lázaro]





¿Has visto el anuncio que hay en ese cartel sobre el coche que tanto deseas? ¿Has oído esa voz en la radio que informaba del supermercado del que tan bien hablan? ¿Y ese champú que tan bonito deja el pelo en la televisión? Sí, hoy en día, la publicidad está por todas partes. Condicionan nuestra manera de pensar, nos dicen de manera subliminal lo que tenemos que comprar e incluso nos enseñan los prototipos de personas que debemos ser. No es de extrañar todo esto, sabiendo que los anuncios están por todas partes, ¿verdad?




A lo largo de los años, la publicidad ha ido obteniendo cada vez más auge en la sociedad, cada vez más y más compradores contratan anunciantes que patrocinen sus productos, vistiéndolos y  disfrazándolos para que la gente vea que eso es justo lo que necesitan. Pero, ¿realmente es así?
¿Realmente nos dicen toda la verdad sobre lo que anuncian? "En el mundo de la publicidad no existe
la mentira, sólo convenientes exageraciones" Afirmaba el célebre Roger O. Thornhill (Cary Grant)
en «Con la muerte en los talones». Todo el mundo piensa que la publicidad está ahí, y que puede verla quien quiera, pero yo creo que más bien nos la imponen. Cuando entra en publicidad esa serie
que tanto nos gusta justo antes de que termine el capítulo, o cuando conducimos en el coche, o
simplemente, cuando leemos una revista, ya nos vemos obligados a ver u oír publicidad.

A pesar de que aumenta la publicidad en televisión, su eficacia disminuye. Según un estudio
elaborado por Zenith Media sobre datos de Kantar Media, el conjunto de las televisiones españolas
emitieron una media de 20.418 anuncios diarios en el segundo trimestre de este año, pero de ellos
solo se vieron 64.


Esto significa que las cadenas programaron un 6,1% más de spots que en el mismo periodo del año
anterior, pero, en cambio, el impacto de estos mensajes, se redujo un 5,5%.
Algo que cabe destacar sobre la publicidad en la actualidad, es la imagen de la mujer. Suele
mostrarse en muchas formas, pero yo resaltaría dos: A veces se emplea su cuerpo como objeto, muchos son los anuncios que transforman el cuerpo de la mujer en un perfume, un coche, una joya,
e incluso un botellín de cerveza. Las consecuencias que esto conlleva a largo plazo, son mayores
que las que se piensa. La escritora Jean Kilbourne afirmaba en una de sus conferencias que
transformar a la mujer en un objeto, puede dar lugar a la violencia, debido al aspecto banal y fútil
que presenta en muchas campañas publicitarias.


La segunda forma, es aquella que les dice a las mujeres subliminalmente cómo deben de ser y cómo
deben de verse. Este tipo de anuncios, pueden llevar a las mujeres a sufrir enfermedades como la
bullimia, la anorexia, y complejos físicos y mentales.

En general, creo que todos debemos de poner de nuestra parte para que la publicidad de hoy en día
sea honesta, respetuosa y realista. La publicidad es necesaria para todos, tanto para los vendedores
como para los compradores, es por eso que hay que hacerla mejorar social y moralmente.


Artículo escrito por Francisco Montero Lázaro

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