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sábado, 17 de diciembre de 2016
Mujercísimas [Por Elena García]
¡Buenas!
Ya he terminado de leer (en realidad lo terminé el martes) lo que os venía
adelantando en entradas anteriores: Mujercísimas, una novela de Terenci
Moix que fue publicada en 1995 y que es la segunda novela de una trilogía
protagonizada por mujeres y formada además por Chulas y famosas (1999)
y Garras de astracán (1991).
En Mujercísimas, Moix retrata prototipos de las mujeres españolas de finales
de siglo: aristócratas, ministras, famosillas, modelos...-todas ellas millonarias-
que realizan un crucero por las islas griegas. Os dejo aquí lo que dice la
contraportada del ejemplar que yo he tenido:Novela de amor y lujo y, sin embargo, perversa.
Es una digna heredera de Garras de astracán. Interpretada sólo por mujeres,
alcanza su grado más atrevido en la descripción de determinados prototipos de
la España actual, la de las grandes estafas financieras y el desaforado culto al
dinero y al éxito fácil. Durante un crucero por las islas griegas, donde se
espera la aparición de la Virgen, estas selectas mujercísimas -aristócratas,
ministras, beatas, escritoras, estrellas televisivas- se muestran en todo
momento tiernas, intrigantes, modernas, alocadas..., y muy críticas. Con ellas,
el estilo de Terenci Moix reencuentra sus aspectos más traviesos, libres y
sarcásticos en una implacable visión de nuestra sociedad. Os pongo un poco
más en situación: Victoria Barget es la esposa de un banquero encarcelado por
estafa financiera y tener el dinero en países fiscales. Ésta decide marcharse a
una isla griega con todo el dinero, ya que estaba puesto a su nombre. Así, y
desde el principio, comienza la trama. El dinero de muchas otras mujeres
españolas estaba en manos de ese hombre y, movidas en parte por la
preocupación y en su gran mayoría por el cotilleo, deciden aprovechar el
crucero para pedirle explicaciones a Victoria, quien se niega a hablar del tema
o ver a nadie. A partir de aquí, un sinfín de anécdotas y personajes se suceden
hasta la última página.
En general me ha gustado mucho. Sus descripciones son amplias, pero
divertidas, o sea que te permiten hacerte una clara idea de cómo son los
personajes sin llegar a aburrirte. Los mismos personajes son muy curiosos,
con sus manías, su vestimenta, su orgullo de; señoras de toda la vida.
Aparecen los típicos personajes que de ridículos son graciosos y aquellos que
tienen profundas reflexiones sobre el modo de vida que llevan. En especial me
ha gustado el personaje de Elena Arquer: abogada de éxito en el gabinete
jurídico que presta servicios al banquero encarcelado porque su personaje
evoluciona de una forma muy bonita. Otro personaje que me ha gustado
bastante es Margot Sepúlveda:soltera cuarentona. Acaba de enterrar a su
madre después de estar veintidós años postrada en cama por una parálisis.
Cuando muere su madre, siente que ha desperdiciado toda su juventud y que
jamás podrá recuperarla, pero tiene muy claro que no le gustan nada las
mujeres de clase alta, a diferencia de su amiga, que las admira.
Es una novela muy completa que trata multitud de temas: estafas financieras,
corrupción, homosexualidad y otros aspectos relacionados con la sexualidad,
incesto, pederastia en el clero, drogas, mujeres que viven del dinero de sus
maridos, mujeres de clase media enganchadas a la televisión, la mujer
trabajadora y de éxito, etc.
Al terminar de leerla, me ha quedado un extraño sabor de boca por el final que
tiene. No quiero hacer spoilers y espero que mi comentario simplemente sirva
para alimentar vuestra curiosidad: hay algo que no me gusta en los libros que
son totalmente realistas y de repente tienen un final fantástico, de ficción, de
milagros religiosos, etc. He intentado buscar alguna explicación por internet,
pero al no encontrar ninguna que me satisfaga, dejaré mi opinión así.
Otra cosa que no he podido evitar pensar es que han pasado más de veinte
años y seguimos prácticamente igual: las diferencias entre ricos y pobres va en
aumento, la corrupción y el fraude siguen ocurriendo, cada uno mira por sí
mismo sin importarle el prójimo, nos dejamos consumir por la televisión y sus
programas basura...
Por último, sólo me queda recomendar el libro. No tengo nada más que decir,
es una sátira magníficamente escrita que merece la pena ser leída.
Artículo escrito por Elena García
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