Nos hicieron infelices y a su medida,
prisioneros de nuestras propias ideas,
títeres de un mundo sin sentido.
Nos hacían creer que podríamos llegar
a cualquier parte del mundo
pero ahí estaban ellos
siempre un paso por delante,
construyendo un muro,
estableciendo un límite.
Desde cuándo les hemos dado permiso para controlarnos,
por qué nos hablan como si no tuviéramos ni puta idea
cuando son ellos quienes no conocen el mundo.
Permitidme que me deshaga de todo
lo que me ata a vuestras manos,
que la vida es mía y no podéis tocarla.
Nos vemos a las puertas del infierno,
donde los buenos buscan la venganza
en los ojos de quienes les arrebataron el aliento
en los ojos de quienes les arrebataron el aliento
y los malos arden entre gritos de arrepentimiento.
Artículo escrito por Natalia Luque.
Vaya poemario :) y qué gran razón tienes
ResponderEliminarMil gracias cielo!!
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