Unos
secretos muy bien guardados
El
jueves 14 de abril de 2016, se aprobó una directiva en el Parlamento
Europeo de la cual no se habló con el fervor que hubiera necesitado
(o al menos, en mi país). ¿Por qué interesarme a una directiva
europea en particular, sabiendo que hay montones de las cuales ni nos
enteramos?
Simplemente
porque el contexto del caso de los Panamá Papers y el interés
creciente que tengo en la ética de los productos que compro, se han
hecho oíbles a la hora de escribir mi opinión y sobretodo, mi
comprensión personal del caso.
El
nombre completo de la directiva es Directiva
del Parlamento y del Consejo relativa a la protección del saber
hacer y la información empresarial no divulgados (secretos
comerciales) contra su obtención, utilización y divulgación
ilícitas.
Primero,
rápidamente, quiero recordar lo que es una directiva. Es un texto
aprobado a nivel europeo que vincula a los Estados destinatarios en
cuanto al resultado pero les deja elegir con qué medios van a llegar
a este resultado, dentro de un plazo determinado. En el caso
presente, los Estados deberán llegar a la protección efectiva de
las informaciones comerciales, pero serán libres de elegir como lo
harán.